- Cubetas de hielo: úsalas para congelar algunos caldos o puré. Funciona muy bien, ya que el proceso de congelado se vuelve súper práctico y al momento de sacarlo para servir te ayudará a escoger la cantidad deseada sin desperdiciar el resto.
- Descongela a tiempo: si guardas varias porciones de comida, etiquetar cada una con su fecha de almacenado te ayudará a identificar cuál debes ir sacando primero y así evitar que se pasen de su tiempo máximo.
- Solo 1 porción por recipiente: tienes que saber que una comida después que ha sido descongelada, no podrás volver a congelarla. Por ello, será importante que dividas en porciones justas y uses 1 recipiente para cada una, así podrás sacar cada porción a medida que se la vaya a comer. Podrás descongelar bajando al refrigerador o usando agua caliente, solo procura vigilar que no exceda el calor que puede soportar el envase.
- Evita los lácteos: al momento de la preparación de la comida omite estos ingredientes para mejorar su conservación. Pero ¡no te preocupes! Podrás agregarlos una vez hayas descongelado el alimento.
- Congela trozos de verduras y vegetales enteros: si las siguientes comidas serán cremas o purés, es recomendable que los pongas a hervir y luego los congeles enteros, ya que de esta forma podrán conservar su textura, sabor y nutrientes.
Si ya tu engreído comenzó su alimentación complementaria con compotas, purés y papillas, guardar porciones congeladas puede sacarte de apuros. Sea para cuando pasen tiempo fuera de casa y queremos cuidar lo que come o porque nos facilita la vida diaria. ¡Solo tienes que hacerlo bien para que se puedan conservar saludables!
Primero, evita guardar los alimentos mientras éstos aún se encuentran calientes, ya que el choque de temperatura podría afectar su conservación. Lo ideal en tus papillas, compotas y purés es que esperes que se enfríen para recién taparlos y guardarlos en el congelador.
Adicionalmente, recuerda que sólo puedes almacenar la comida por un máximo de 48 horas si deseas que esta se mantenga provechosa para tu bebé. Pero, ¿puedes guardarla en cualquier envase? La respuesta es que no. Lo ideal es que utilices recipientes hechos para almacenar, ya que al ser herméticos pueden proteger mejor la comida de olores, líquidos u otros agentes que se encuentren en tu congelador y que puedan adelantar su proceso de descomposición.
Entonces, ¿cómo deberías preparar sus comiditas para ser congeladas? Te damos algunas recomendaciones para facilitar y asegurar el proceso:
