Sabemos que llegar por primera vez a casa con tu bebé en brazos es un momento mágico en la vida de cualquier mamita o papito, pero con él, también llegan una lista de detalles y desafíos para cuidarlo de la mejor manera.
Cuando se tiene un recién nacido, toda la logística y dinámica en el hogar suele cambiar para que nuestra rutina diaria pueda adaptarse al cuidado del bebé, sobre todo si es el primero, ya que al llegar a casa ya no tenemos la asistencia del personal médico en clínica u hospital.
Sabemos que al inicio cada paso es algo nuevo y puede llegar a ser difícil como padres, pero te compartimos algunas recomendaciones que pueden ayudarte a enfrentar esos primeros días de una mejor manera.
El primer paso inicia antes de que nazca el bebé. Labores como lavar la ropa, ordenar tu closet y el de tu pequeño, alistar la habitación y todos los implementos que necesitarás en tu recuperación deberían estar más que listos al momento de regresar a casa. Para ello, sería una gran idea que puedas dejarlos hechos días antes de tener que salir al hospital o clínica. De este modo, estarás más tranquila cuando regreses, ya que tu y tu engreído tendrán a la mano todo lo que necesitan.
En este punto, puedes incluir tus alimentos y compras del hogar. Lo ideal es que dejes tu cocina bien abastecida con carnes y pescados, menestras, productos lácteos, vegetales y frutas que puedan ser congelados. Para que te alimentes con tranquilidad en los primeros días de vuelta a casa.
Y para cuando ya comience tu rutina del día a día, es recomendable que te inclines por platos sencillos, rápidos y fáciles de preparar. Pero no olvides cuidar que tengan todos los nutrientes necesarios para recuperarte y alimentar correctamente a tu pequeño.
Asimismo, ten cuenta que para poder cuidar de tu hijo, primero debes cuidar de ti misma. El parto es algo trascendental para tu cuerpo, y necesita que te recuperes adecuadamente, así que toma el tiempo y espacio que necesites para hacerlo. Esto no modifica para nada tu excelente labor como mamá, porque si tú estás bien, tu pequeño también lo estará.
Por eso, no temas pedir ayuda a tu círculo más cercano: tu pareja, mamá, suegra, hermana o mejor amiga. Con su apoyo podrás tener más facilidad para descansar, darte un buen baño o incluso sentirte acompañada los primeros días durante este proceso de adaptación.
¿Y las visitas? Cuando llega un bebé a casa son muchas las personas que con buena intención desean visitarte para saber cómo estás y conocer al pequeño. Pero es normal que tal vez durante los primeros días te sientas cansada y no estés tan cómoda recibiendo visitas, caso en que lo mejor será que seas sincera con tus allegados. Puedes ir recibiendo algunas cuando ya te sientas recuperada y más tranquila con esta nueva etapa, e ir aumentando la frecuencia según tu recuperación.
Por último, te recomendamos aprovechar los momentos en que tu bebé está durmiendo para descansar tú también. No olvides apoyarte en tu familia, ya que ellos podrán ayudarte a disfrutar aún más de esta hermosa etapa.
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